Es más fácil olvidar
Hace poco se cumplieron 47 años del golpe de estado en Chile y cada año por esas fechas pasa lo mismo, el ambiente se polariza (aún más), se vuelve incómodo, resurgen dolores, penas y la frase “ni perdón ni olvido” surge, pero, ¿por qué está tan presente esta frase?, esta frase es la forma de mostrar oposición a aquellos que creen que hay que dejar atrás la dictadura, que ya estamos en otra época y para exteriorizar el descontento ante gente como el exoficial del Ejército Carlos Herrera Jiménez, quien pide perdón por los crímenes que cometió. Es como se expresa el descontento con lo ocurrido, que como vimos en clases, afectó de distintas maneras a la población, pero en su mayoría de forma negativa. Se externaliza que la herida que dejó la dictadura todavía no sana y que no se quiere sanar ni olvidar.
Pero honestamente, creo que es más fácil olvidar que seguir aferrándose del pasado.
Un trauma emocional ocurre cuando hay una situación extremadamente amenazante o estresante. Este puede manifestarse de distintas maneras, pero la regla general es que afectan de manera negativa al individuo, generan disconformidad y miedo. Cuando este trauma es muy grande se puede hasta generar un trastorno, llamado desorden de estrés post traumático y uno de los síntomas de este pueden ser los flashbacks, donde se recuerda involuntariamente lo que generó el trauma o incluso se puede llegar a sentir como si se estuviera viviendo de nuevo algo parecido pasa en Chile con la dictadura, hay situaciones que gatillan, que recuerdos desagradables y miedos vuelven a la superficie. Un ejemplo de esto fue el año pasado, en el despertar social, como es llamado comúnmente, del 18 de octubre, donde esta idea de volver a una dictadura estaba al acecho, los toques de queda, militares en la calle y uso de fuerza por parte del Estado hacían imposible no pensar eso. Esta “amenaza fantasma” es porque ya está la experiencia de una dictadura, por ejemplo en EEUU hubo una situación parecida en junio de este año y la idea de estar o ir a una dictadura nunca surgió, porque ellos no han vivido una. Otro caso en el cual se puede apreciar que en Chile todavía está abierta la herida de la dictadura ocurrió hace poco, cuando el diputado Urrutia se presentó a una sesión de la cámara de diputados con una foto de Augusto Pinochet en el fondo. Esta noticia salió en muchos medios de comunicación y fue fuertemente criticada, el hecho que una foto, que no es de por sí polémica, haya generado tanto revuelo, muestra que Chile no ha podido superar la dictadura.
Entonces, ¿qué sucede en los casos cuando el trauma es insostenible? El cerebro olvida, porque es más fácil. Es más fácil vivir sin saber que pasó algo tan horrible, que vivir con ese conocimiento. Es más fácil ser ignorante. Aquí es donde les pregunto, ustedes que preferirían, ¿vivir como lo llevamos haciendo hasta ahora o que a todos se les olvide lo que pasó?, creo que la muchos preferirían que todos olvidemos, sería como la metáfora del árbol que si se cae en un bosque, donde nadie lo escucha y nadie lo ve, entonces ¿realmente se cayó?, si nadie se acuerda de la horrible dictadura, entonces, ¿realmente pasó?. ¿No sería más fácil actuar como si no pasó? Vivir sin esa sombra de la cual no podemos huir, que hace que pequeñas cosas tomen un gran significado. Sería más fácil, más cómodo, veríamos el mundo como un mejor lugar, si, pero olvidar no nos permite aprender, si olvidamos perdemos la experiencia. En Chile no se olvida porque se sabe lo terrible que fue y hay que evitarlo a toda costa. No se quiere olvidar porque no se quiere volver a vivir esa tan terrible experiencia, donde hubo detenidos desaparecidos, violaciones a los DDHH, exilios, persecuciones, etc. Pese a esto, vivir en el pasado es tóxico, hace las cosas más difíciles de lo que deberían ser.
Este trauma nos divide, seguimos viviendo en un país donde hay solo dos bandos, los que apoyan al gobierno de Allende y sus opositores, donde si no eres de izquierda eres “facho” y pinochetista para algunos, pero si eres de izquierda eres un comunista que se debería ir a vivir a Cuba o Venezuela. Pese a que si hay gente extremista, la mayoría oscila en la escala de grises. Ya no estamos en la guerra fría, ya no estamos en un mundo dividido en dos bloques.
Hay que avanzar, hay que dejar ir, pero eso no significa olvidar. Hay que aprender la lección y seguir, no hay que dejar que nuestro pasado nos defina. Hay que dejar que la herida sane, que no nos siga siendo un peso en la espalda, pero no hay que olvidar, aunque sea más fácil olvidar que aprender y avanzar.
Fuentes
http://www.psicoterapeutas.com/pacientes/Trauma.html
Jeanine Kenigstein (psicóloga)
https://www.sanamente.org/retos/trauma-emocional/
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