Por Amelia Barceló
Publicada en México en el año 1979 y escrita por el destacado autor uruguayo Mario Benedetti, la obra Pedro y el Capitán, nos muestra la cruda realidad de lo que fue la tortura durante la dictadura uruguaya.
Benedetti define la pieza como una indagación dramática en la psicología de un torturador y responde la pregunta de cómo un ser normal puede convertirse en uno. Si bien, la tortura es el tema central de la obra, no figura como hecho físico dentro de la escena, ya que así el espectador mantiene una mayor objetividad, esencial para juzgar cualquier proceso de degradación humano. Al final, la obra no es el enfrentamiento entre un monstruo y un santo o entre el bueno y el malo, sino de dos hombres de carne y hueso, ambos con zonas de vulnerabilidad y de resistencia, lo que los llevará más adelante a encontrar puntos de encuentro.
Con este drama teatral podemos observar cómo puede un hombre, derrotar al poder aparentemente omnímodo, un hombre que usa su silencio como escudo y su negativa como su mejor arma. (Benedetti, 1979, p. 7-8)
El escenario de la obra es siempre el mismo, la sala de interrogatorios. “Una silla, una mesa, un sillón de hamaca o de balance. Sobre la mesa hay un teléfono. En una de las paredes, un lavabo, con jabón, vaso, toalla, etcétera. Ventana alta, con rejas. No debe dar, sin embargo, la impresión de una celda, sino de una sala de interrogatorios.” (Benedetti, 1979, 15) Este es y será el campo de batalla a lo largo de la obra, y reitero, no física, sino dialéctica que combinará la culpa, la censura, el deber, la vergüenza y la lealtad.
Pareciendo tan simple y común la situación, llama la atención una cosa, la posibilidad de tratarse de la misma realidad en otros países. ¿A qué vamos con eso? Entre los años 70 y 80, gran parte de los países latinoamericanos se encontraban bajo dictaduras represivas, en las cuales se vieron violados de manera sistemática los derechos humanos de los ciudadanos. Ejemplos de dictaduras tenemos a Argentina con Jorge Rafael Videla, quién estuvo en el poder desde 1976 a 1981, la cifra de muertos y desaparecidos durante este periodo sigue en discusión, sin embargo, se aproxima qué hay alrededor de 30.000 muertos y desaparecidos, sin contar las nuevas declaraciones. Otro ejemplo es la dictadura chilena con Augusto Pinochet, la cual dió inicio en el año 1973 y terminó el año 1989, durante este periodo hubo más de 3.000 muertos y desaparecidos, además de los aproximadamente 37.000 torturados. Por otro lado, tenemos al dictador cubano, Fidel Castro, quien retuvo el poder por casi 5 décadas, convirtiéndose así en el dictador por más años en el poder de Latinoamérica, a él se le atribuyen al menos 7.173 muertes y desapariciones, 20.000 presos políticos y 2.5 millones de exiliados. En los tres ejemplos entregados podemos encontrar la similitud de la represión, dejando de lado la ideología política de cada uno de ellos, siguieron la misma idea de la política violenta y que buscaba impartir terror entre los ciudadanos para evitar levantamientos de resistencia. Lo mismo sucede en Pedro y el Capitán, teniendo como meta tomar detenidos a todos los posibles rebeldes de la dictadura, obligando a la gente a confesar y traicionar a sus queridos y cercanos, todo por la promesa de seguir viviendo.
Sin embargo, somos testigos de cómo Pedro logra romper este círculo vicioso en el que se encuentra, logra con su silencio y negativa vencer al poder, que en este caso es el Capitán, e incluso destruirlo. Pedro toma el camino de morir estando muerto, corta las ataduras que lo amarran a la vida, y logra “vivir” lo que tanto había soñado, durante el tiempo que le queda.
Si bien el final de la obra es abierto, es posible hacerse una idea de lo que ocurre con Pedro, tomando en cuenta que a medida que avanzaba la obra se encontraba más y más débil. No obstante, queda la duda de lo que ocurrirá con el Capitán, ¿Logrará salir de ese círculo sin salida en el que se encuentra, luego de todo lo sufrido con Pedro?¿Será capaz de mantener esa fachada de hombre firme e inquebrantable?
La obra termina siendo un símbolo de resistencia al poder, de esperanza de que el poder no es inquebrantable, además logra ponerse en la perspectiva del torturador, se abre a la posibilidad del torturador como un ser normal, permitiéndole al lector comprender ese punto de vista poco común y reafirmando que el poder no es invencible. Tal cómo dijo el cantautor argentino Charly García sobre la dictadura argentina “… Los dinosaurios van a desaparecer”
References
Benedetti, M. (1979). Pedro y el Capitán. Ediciones La Cueva. https://nerudavive.cl/descargas/mario_benedetti/pedro_y_el_capitan.pdf
La Vanguardia. (2020, Marzo 4). Dictaduras en América Latina. La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20200226/473796480155/dictaduras-america-latina.html
Sieteiglesias, E. (2016, Noviembre 26). El régimen castrista deja 7.365 asesinados, 20.000 presos políticos y 2.500.000 exiliados. La razón. https://www.larazon.es/internacional/human-rights-watch-denuncia-que-la-cuba-de-castro-estuvo-marcada-por-la-represion-AE14014411/
Werlau, M. (2016, Diciembre 4). Castro superó a Pinochet. El País. https://elpais.com/internacional/2016/12/04/america/1480807461_024845.html
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