martes, 29 de septiembre de 2020

Destruir o quedarse callados: Dicotomía sobre la memoria en Formas de volver a casa


 

Un cono sur dañado y mutilado por múltiples dictaduras marca la historia universal, pero también, la esfera personal. La destrucción del ser por la necesidad de reconstruir el pasado familiar y social.  Una escritura del recuerdo, la interminable melancolía y nostalgia por lo no vivido y una pelea contra la memoria privada no logran satisfacer los vacíos de la dictadura y se traduce en el deseo de un recuerdo dentro de la novela. 

“Lo que se adhiere a la memoria son esos pequeños fragmentos extraños que no tienen ni principio ni fin” (Zambra, Formas de volver a casa, 2011)

 

Manifestaciones ligadas a la subjetividad de la memoria, son un aspecto fundamental dentro de la novela “Formas de volver a casa”, de Alejandro Zambra. De una manera distintiva, el personaje principal de la novela muestra una dicotomía personal en relación al ejercicio de memoria post dictadura, un cuestionamiento a su rol como un niño que vivió la dictadura, como inocente espectador de atrocidades humanas. La fase traumática de la post dictadura ya fue sanada, pero, ¿hasta qué punto es el ejercicio de memoria una forma de destruir el mal pasar y los traumas de una violenta dictadura? ¿Existe acaso, algún punto intermedio entre destruirse o quedarse callados, que sí sea, en efecto, una forma de volver tranquilo a casa? 

La memoria, es un marco cultural y social que matiza la historia, es una herramienta interrogatoria para indagar y comprender nuestro pasado. Más allá de la satisfacción emocional que puede conllevar la memoria, esta también es una forma de reflejar nuestra realidad en vivencias generales, un medio mediante el cual siempre terminamos hablando sobre nosotros. “Que, aunque queramos contar historias ajenas terminamos siempre contando la historia propia” (Zambra, Formas de volver a casa, 2011)

Zambra habla de lo frágil y específica que es la memoria, que esta abarca únicamente aspectos que nos agradan o nos destruyen; no existe un punto intermedio. Se podría decir, que el personaje principal tiene un juego de dos personalidades. Por una parte, explota su aspecto de personaje infantil e inocente, el cual recurre constantemente al ejercicio de la memoria para satisfacer vacíos de su infancia, dolencias latentes de la dictadura y su entorno socio familiar. Por otro lado, es un hombre que sufre, que no logra establecerse, que tiene un montón de vacíos y que intenta a toda costa olvidar. Las recurrentes presencias femeninas inquietantes, dentro de la novela “Formas de volver a casa” marcan la falta de memoria en el personaje principal, ya que, respecto a la presencia de mujeres, este cae siempre en el mismo error de volver a salir con mujeres con secuencias de personalidades que se repiten; vanidad, lejanía y quedarse callados. Podemos diferenciar dos aspectos narrativos distintos, que marcan las diferencias de estas dos personalidades; diario de vida y poesía. Un relato con angustia, mediante un diálogo tipo de diario, con una gran variedad de duras anécdotas sobre su vida de niño, de sus padres, su barrio, lo que su memoria añora recordar. “Habíamos pasado la tarde intercambiando relatos familiares donde la muerte aparecía con apremiante frecuencia” (Zambra, Formas de volver a casa, 2011) Esto marca su personalidad infantil en la novela. Por el contrario, a través de la poesía, es un hombre acomplejado emocionalmente, por el rol de mujeres en su vida, que no desea recordar, que vive relaciones donde predomina el quedarse callados, lo que es precisamente su mayor queja a la vida en dictadura. Acá podemos ver esta dicotomía de la personalidad de nuestro protagonista, que, por un lado, habla de lo terrible que fue ver a todos quedarse callados ante las injusticias, que le desesperaba no saber las explicaciones verdaderas y vivir hundido en mentiras, pero, por otra parte, este vive en relaciones amorosas que se basan en mentiras, sufrimiento y quedarse callados. “Estábamos cansados de que alguien escribiera el libro que queríamos leer” (Zambra, Formas de volver a casa, 2011)

 

El juego de personalidades, para mostrar el rol dicotómico de la memoria en la novela, es una forma interesante de ilustrar la capacidad de carga emocional del personaje, hasta qué punto es la memoria una manera de sanar heridas, en qué aspectos de la vida, si acaso el recordar las tragedias y errores de las vivencias pasadas personales o familiares es una herramienta de retroalimentación positiva, cuáles son los aspectos de nuestra vida que nos interesa sanar y recordar. A través de la literatura, los sentimientos más puros del personaje se reflejan, lo que, de una forma impecable, reemplaza a personajes secundarios. Esta novela, es una íntima reflexión personal de Alejandro Zambra, donde los nombres de los personajes no son relevantes, son intercambiables y olvidables. Lo que acá nos interesa, son las más personales frustraciones, confusiones sentimientos del personaje. “En lugar de gritar, escribo libros” (Zambra, Formas de volver a casa, 2011)




 

Martina Roessler IVC 


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