martes, 6 de octubre de 2020

¿Está Chile estancado en el pasado?

 

Algo que me ha llamado mucho la atención últimamente es lo realmente bien que los jóvenes chilenos conocemos el pasado de nuestro país. No me refiero a saber las fechas de los sucesos o conocer los nombres de los personajes principales y agentes de cambio, sino que a los contextos sociales de las personas de a pie. Existe el estigma de que esto puede ser gracias a que los libros, películas y obras culturales chilenas hablan constantemente sobre el periodo de dictadura, sin embargo, “entre 2001 y lo que va de 2020, se han estrenado 487 películas chilenas en los cines, de las cuales 69 entran en la «categoría» que habla de la dictadura (…). Es decir, es apenas un 14%” (Morales, 2020)[1]. Entonces me pregunto, ¿por qué pareciera que Chile no puede dejar el pasado atrás? Yo creo que esto se debe a las profundas marcas políticas y sociales que se mantienen de la dictadura y hasta que esto no pase, este estigma se mantendrá.

 

No es nada nuevo escuchar que en chile existe una gran desigualdad, donde se observa que mientras miles de familias luchan por llegar a fin de mes, otras pueden darse grandes lujos cada semana. Esta desigualdad se ha reducido significativamente desde el periodo de la dictadura, pasando de un índice de desigualdad GINI aproximadamente de 55, a uno de 46 aprox. en el 2017. Si bien esto es algo muy positivo considerando que el ingreso per cápita ha aumentado en Chile desde antes del año 2000, el GINI no ha tenido un gran progreso desde el año 2006[2]. Esto deja a la sociedad chilena con una de las desigualdades más grandes en Sudamérica desde el 2009. Es normal entonces pensar que dada esta situación de gran desigualdad mantenida por las políticas de privatización que vienen desde el gobierno de Pinochet, se genere un gran resentimiento no solo hacia esa época, sino que a veces también a los que a las personas que salieron beneficiadas por estas. Esto no solo se puede ver en las obras culturales que sí hablan sobre la dictadura, también en el constante clasismo que existe desde las clases altas a las bajar y viceversa. Hay cientos de miles de ejemplos de esta situación, en la calle, en las opiniones de las personas y sobre todo en redes sociales, donde el anonimato permite dar este tipo de opiniones sin consecuencias. Esto implica que mientras la desigualdad no continúe mejorando, este creciente clasismo se seguirá intensificándose y se mantendrá esta visión de que Chile no es capaz de avanzar.

 

Añadido a esto tenemos la educación chilena y la importancia que tiene al momento de tratar temas del pasado que además se mantienen vigentes. Por el comportamiento de los jóvenes está claro que hay información acerca de lo ocurrido en la dictadura, como dije en un comienzo, sin embargo, creo que la educación chilena debería tener un enfoque recuperativo o sanador en vez de solo enseñar lo ocurrido. Todos estamos de acuerdo en que el periodo de dictadura en Chile fue terrible y quizás uno de los más crudos del conjunto de dictaduras en Sudamérica. Podemos estar también todos de acuerdo que la mejor herramienta que podemos usar para evitar que esto vuelva a ocurrir jamás es la memoria, o sea conocer la historia y entender los errores que se cometieron para no hacerlos nuevamente.  Pero solo con el usando el enfoque correcto en la memoria podemos seguir adelante. Obras que se estudian en el colegio como “La Loca del Frente” nos relatan muy bien el contexto social y psicológico en el que se sumergían los personajes, podemos imaginarnos perfectamente una situación de desconcierto, miedo y pánico en que se encontraba la gente en ese tiempo. Estos sentimientos son muy fuertes y pueden llevar a la misma rabia y resentimiento de la que hablaba en el anterior argumento, resentimiento que no nos llevará a ningún lado más que a seguir echándonos la culpa unos a otros de un suceso que terminó hace 30 años atrás. Las instituciones educativas, sobre todo los colegios, deberían tratar de hacer entender a los jóvenes que ellos no tienen nada que ver con eso, que es un pasado lamentable que sufrieron quizás sus seres queridos, sin embargo, ellos deberían trabajar los cambios bajo una base de aceptación para que nada de eso se vuelva a repetir y no una de culpa o resentimiento como en la que creo que se está haciendo hoy en día.

 

Para responder la pregunta inicial, tenemos un factor económico de una gran desigualdad que deja a Chile en una mejor situación que la que teníamos en dictadura, sin embargo, gracias a sus políticas económicas que no han sido cambiadas hace muchos años que no se ve un real progreso. Añadido a esto tenemos, a mi parecer, un mal enfoque educacional sobre lo ocurrido durante la dictadura de Pinochet. Estos dos factores generan un gran resentimiento de la población hacia otros sectores de la misma población y hacia el pasado. Por eso podemos decir que la creencia de que Chile no puede dejar el pasado atrás se debe a las profundas marcas políticas y sociales que se mantienen de la dictadura y hasta que esto no pase, este estigma se mantendrá.

 

José González


 


Bibliografía

[1].- Morales, M. (11 de Septiembre de 2020). CineChile. Obtenido de El cine chileno NO habla mucho del golpe y la dictadura. Películas estrenadas entre 2001-2020: https://cinechile.cl/criticas-y-estudios/el-cine-chileno-no-habla-mucho-del-golpe-y-la-dictadura-peliculas-estrenadas-entre-2001-2020/

[2].- Enterarse. (21 de Noviembre de 2019). Enterarse. Obtenido de Chile: ¿han mejorado los ingresos, la desigualdad y la pobreza?: https://www.enterarse.com/20191121_0001-chile-han-mejorado-los-ingresos-la-desigualdad-y-la-pobreza

 

 


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