Pedro y el Capitán: una batalla entre un torturador y un torturado
Laura Wielandt
Pedro y el capitán es una obra escrita en 1979 por Mario Benedetti. Mario Benedetti fue un escritor, poeta, dramaturgo y periodista uruguayo, fue la figura más relevante de la literatura uruguaya de la segunda mitad del siglo XX y uno de los grandes nombres del Boom de la literatura hispanoamericana. Esta obra trata sobre la tortura en una dictadura que desde un principio planea un tenso y largo diálogo entre victima y verdugo. Un diálogo sobre la libertad y responsabilidad asumida entre un prisionero político y su torturador.
La historia comienza en una austera sala de interrogatorios ocupada por dos hombres. Uno, pulcro, elegante y autoritario; el otro, encapuchado, sangrante y dolorido. Ellos son Pedro y el Capitán. Pedro es un militante que representa el ideal de resistencia a través de su silencio como escudo y su negativa como arma.
El capitán, hombre que se llama a sí mismo el “bueno”, ya que todo lo justifica porque son órdenes y su deber. El capitán es el representante del sistema, el encargado de hacerle hablar, de romper la resistencia de pedro.
“Una silla, una mesa, un sillón de hamaca o de balance. Sobre la mesa hay un teléfono. En una de las paredes, un lavabo, con jabón, vaso, toalla, etcétera. Ventana alta, con rejas. No debe dar, sin embargo, la impresión de una celda, sino de una sala de interrogatorios.”
Así comienza en una sala de interrogatorios un terrible juego dialéctico que combina idealismo y crueldad, moralidad y culpa, censura y entendimiento en un espiral donde se acentúa la barrera entre víctima y verdugo. Esta historia ahonda en el profundo pozo de la psicología del ser humano, según define el propio Benedetti, “es una indagación dramática en la psicología de un torturador. La distancia entre ellos es, sobre todo, ideológica y es quizá ahí donde reside la clave de otras diferencias, que abarcan la moral, el ánimo, la sensibilidad ante el dolor humano, el complejo trayecto que media entre el coraje y la cobardía, la poca o mucha capacidad de sacrificio, la brecha entre traición y libertad“.
Ambos personajes cumplen un papel preestablecido, pero ¿qué ocurre si ese papel se quiebra? He aquí el problema. A lo largo de la historia el capitán comienza a tener dudas cada vez más insistentes porque su método no funciona, algo que según nos cuenta es la primera vez que le pasa. La negativa y el juego de Pedro hacia el Capitán comienza a lograr que este dude de sí mismo. En fin esta historia se vuelve la historia sobre un torturador torturado, ya que el capitán se da cuenta que se siente atrapado, por qué se da cuenta del horror que está perpetrando y a la vez comprende que no puede salir de ahí. Ese es el problema de cuando asumes las cosas que haces o provocas. Pero esta historia no es el enfrentamiento entre un monstruo y un santo, sino entre dos hombres, dos personas, ambos vulnerables y resistentes a sus ideologías.
Finalmente en esta historia la tensión dramática no se da necesariamente en el diálogo, sino en el interior de ambos personajes. Una batalla entre un torturador y un torturado.
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