domingo, 4 de septiembre de 2022

 Desconocerse para conocerse mediante la escritura


Y a veces, al escribir, limpiamos todo, como si de ese modo avanzáramos hacia algún lado.

  • Alejandro Zambra


La obra literaria de Julio Cortázar se conforma, entre otros, de muchas piezas literarias escritas y publicadas durante la dictadura argentina. Una dictadura militar caracterizada por la represión, persecución y desapariciones múltiples. La literatura del autor se entiende como una forma de protesta pacífica no tan pacífica. Siendo quizás la literatura el método más certero de llegar al hombre oprimido. Mediante esta forma de expresión, se abren planos sentimentales que resultaban inexistentes: Se logra una reconstrucción de sentimientos de los cuales no se tenía noción de tener y se abarcan experiencias que sin ser contadas desde el yo somos todos nosotros, oprimidos de nuestro propio sistema.

La forma de Cortazar de retratar la realidad argentina no busca incomodar al lector, ni hacer que se sienta intimidado frente a una realidad. Por el contrario, apela a llenar los espacios que se daban por perdidos y resultaban vacíos, entregando una suerte de complicidad entre los protagonistas -sus realidades tan detalladamente descritas- y el lector.


La opresión se combate a través de la escritura, y es entonces que Cortázar inicia su guerrilla al escribir. El lugar en que se consagra a la escritura se le otorga al arte en Graffiti: un cuento que relata la necesidad de una mujer de hallar a alguien que la comprenda, que sufra su misma realidad y la ayude a sentir que no combate sola. Se dedica a hacer graffitis en la ciudad, los cuales sobreviven hasta que son inevitablemente borrados. Su arte callejero es, en realidad, más que solo arte, la forma de querer encontrar el compañerismo en un mundo donde tiene que librar la lucha contra la represión política de la dictadura argentina. Esta mujer encontraba en el arte un espacio donde, como bien dice el narrador, “casi cabía la esperanza”. Cuando siente que alguien le responde y que comparte las mismas aspiraciones en esa sociedad ya dada por vencida, es que sabe que hay un objetivo en común, algo así como una pasión que haga valioso vivir y por la que valga la pena hacer graffitis. Es precisamente este el objetivo de la misma literatura: Consagrar la lucha y manifestar un discurso común, tanto en la escritura del cuento como en la trama del mismo; La necesidad de oponerse, rebelarse y vencer.


En realidad, escribir Graffiti es, al igual que el mismo acto de graffitear una muralla, una manera de intentar progresar y batallar la realidad del día a día. La escritura es el proceso por el cual nos separamos levemente de nosotros mismos hasta encontrar un plano nuevo. Nos desconocemos para conocernos. Parte de escribir es hallar lo más recóndito del individuo y plasmarlo, soltarlo. Retratar una realidad es evidenciarla y desmitificarla, comprenderla desde un otro y difundirla como método de búsqueda de nuevos compañeros y abrir la cabeza de quien tenemos al lado. Para esto, debemos alejarnos de nosotros y escribir desde una distancia que permita mostrar de forma acertada la crisis, para luego encontrarnos frente a ella y sincerarnos en la plena luz de nuestra verdad. Cuando el autor escribe Graffiti este no es más que la protagonista buscando un cómplice en el lector como ella lo hizo en otro artista. Se escribe desde la propia experiencia y más que nada desde la literatura como una necesidad. 


La idea de la literatura como una necesidad se vuelve evidente cuando tenemos algo que limpiar y de lo que salir. Para Cortazar una dictadura que combatir y, traido a nuestra contemporaneidad, para nosotros una realidad política, social o la ineludible sentimentalidad, lugares de donde queremos escapar o que necesitamos limpiar. Comprender la existencia mediante la literatura es la forma más verídica de hacerlo. Sin ser nuestro plano real es aquel en que somos genuinamente libres y no categorizados. El autor argentino de los 70 deja de ser un oprimido más y es la voz de una generación o sociedad. La artista que busca compañía no es alguien que raya una pared, toma su posición de opositora al sufrimiento. Nosotros mismos dejamos de ubicarnos en una categoría inexorable y aterrizamos en la que nos pertenece: Nos conocemos.

Es así como la literatura de Cortázar es una forma de metaficción para limpiar sin olvidar,avanzar hacía algún lado.


Emilia Bahrs


viernes, 2 de septiembre de 2022

La Patria fraccionando la razón y abriendo al compromiso

 


La Patria fraccionando la razón y abriendo al compromiso


Mario Benedetti fue un muy reconocido escritor uruguayo que se caracterizó por su escritura profunda y detallada capaz de transmitir sensaciones e ideas a quien leyera una de sus obras. Sus obras se caracterizaron por ser una escritura altamente política, que buscaba retratar vivencias y sentimientos por los que él pasó o sintió importante de retratar. 

El vivió el exilio en México después de la llegada de una dictadura civico-militar a Uruguay, en los años 1973 a 1985 liderados por Juan María Bordaberry.

Podemos ver que este hecho marcó bastante su escribir viendo la obra "Hombre preso que mira a su hijo", donde vemos a un padre que le relata a su hijo como vive la tortura al ser un opositor del régimen de turno, y como esto le trae problemas al no hablar, y resulta en torturas que el mismo relata en la obra.

Podemos ver que este parte mencionando que las cosas han cambiado a su alrededor, que lo que antes funcionaba ahora ya no mas, que en lo que el confiaba ya no más, y muestra una clara nostalgia a esos tiempos pasados donde las cosas bajo su visión funcionaban como deberían; en estos puntos hace una especial mención a que la patria está dentro de estos factores que dejó de funcionar bien, y que el idealismo de que este aún es algo en lo que se puede confiar ya quedó atrás, y que hay que adaptarse a este nuevo camino al que nos lleva, donde (citando al texto) "que muerte era tan solo grave o llana, y cárcel por suerte una palabra esdrújula", mencionando claramente que factores o hechos que antes solo escuchaban o se imaginaban como la muerte o la cárcel, pasaban a ser una realidad especialmente para opositores.

Profundizando en el tema de la patria, Benedetti nos muestra como esta dejó de funcionar y a lo que esto nos abrió camino (la persecución, la muerte y la cárcel), y consecuentemente nos muestra como esta termina por abrir un espacio donde la razón no es escuchada, y sino más bien es desechada, y se le abre paso a la violencia desenfrenada y cruda donde se persigue al que piensa distinto (esto basándonos en cosas que dice más adelante), y como el dejo de funcionamiento de esta misma, termina por producir la situación que está describiendo, la tortura de él mismo.

A medida que vamos leyendo podemos notar como la crueldad del relato va aumentando, como este cada vez va recurriendo más a los detalles y como de alguna manera lo lleva a consiente o inconscientemente a buscar cierta comprensión de parte de su hijo, con quien él queda corto de momentos, y al cual le trata de presentar esta situación para que comprenda el porqué él hace estas cosas, y los costos que esta dispuesto a asumir pese a que los beneficios no los ve ni de cerca él o su familia, si no que el grupo al que él pertenece.

Teniendo esto en cuenta vemos como la derrota de la patria como él la entiende abre paso a una persecución de ideales y movimientos que perfectamente podían convivir y expresarse hasta antes de la llegada de la dictadura, por ende vemos una perdida de la razón de parte de quienes tienen el poder, como es el estado mismo, el cual posee un poder político y armamentistico, con el cual ninguno de estos equipos revolucionaros puede pelear, y que lo lleva finalmente a probar este compromiso que el adquirió con este grupo al que pertenece, y en donde el llega a estar dispuesto a arriesgar su vida, con tal de expresar sus ideale; y finalmente nos llevan a una búsqueda del padre de la comprensión de su hijo.


Cristóbal Fugueroa

lunes, 29 de agosto de 2022

Breve reflexión sobre el poder del silencio

Por: Monserrat Coll


 

El poema “Hombre preso que mira a su hijo” pertenece a la serie de poemas “13 hombres que miran” del escritor, poeta, ensayista, dramaturgo y periodista uruguayo Mario Benedetti. El conjunto de poemas fue escrito entre 1973 y 1974, tras el golpe de estado en Uruguay. Gran parte de los textos de Benedetti se enfocan en reflejar la realidad política latinoamericana. El autor solía tematizar cosas como la tortura, el exilio, la reprecion politica y muchas otras. 


Uno no siempre hace lo que quiere

uno no siempre puede

por eso estoy aquí

mirándote y echándote

de menos.


“Hombre preso que mira a su hijo” muestra las palabras que un padre (presumiblemente un preso político) le dice a su hijo. En el poema se ve claramente el lamento del padre al no poder estar con su hijo. 

El hombre le explica al niño el motivo de su ausencia, no le oculta los tormentos que este ha pasado en su tiempo preso y comenta en grotesco detalle las torturas a las que se le ha sometido. El hablante lírico se esfuerza en describir la brutalidad de su situación para que no quepa duda de los horrores que implica la represión política.

Luego  es revelado que a pesar de la macabra realidad que el Hombre enfrenta, este se rehúsa a delatar a sus pares.


Pero también es bueno que conozcas

que tu viejo calló

o puteó como un loco

que es una linda forma de callar.



A pesar de su situación, el sujeto decide callar para así mantenerse fiel a sus ideales y a sus seres queridos.  El hombre sacrifica su cuerpo para salvar el resto de si. 

Esta idea está presente en otra obra del mismo autor, Pedro y el capitán, publicada en 1979. En este drama teatral el protagonista también es un preso político el cual es torturado con el fin de que proporcione información sobre sus compañeros revolucionarios. A pesar del tormento físico infligido en él, elige guardar su silencio, incluso sabiendo que esto lo llevará a una agonizante muerte.

Pedro utiliza su silencio como un arma para reivindicarse frente al régimen. En cierto modo, logra recuperar parte del poder y libertad que le arrebataron. Lo único que tiene es su palabra, lo que dice y lo que no dice. Con este único elemento, logra doblegar al capitán (un torturador), el cual desesperado le suplica de rodillas que revele cualquier información.


Una cosa es morirse de dolor

y otra cosa es morirse de vergüenza

(...)


 Uno no siempre hace lo que quiere

pero tiene el derecho de no hacer

lo que no quiere.


Cuando todo tipo de libertad es perdida, lo único que queda para el individuo es su cuerpo y su integridad. Ambos personajes (El hombre y Pedro) se ven forzados en un rol de mártir, donde se sacrifican ellos para mantener algo, ya sea su familia, sus ideales o compañeros. Este sacrificio no es glamorizar, al contrario, se deja en claro la crudeza e injusticia de la situación. Ambos personajes sufren tanto física como psicológicamente, sus seres queridos también se ven fuertemente afectados. Por ejemplo, en el mismo poema, el hijo tiene que vivir sin su padre, sabiendo que este está siendo torturado. 


Al final de todo, se concluye que este sacrificio es una necesidad para mantener la integridad del individuo. El hablante lírico vuelve a enfatizar lo cruel de la realidad a la que se enfrenta, pero a pesar de todo, se rehusó a traicionar a sus compañeros y a traicionarse a sí mismo.


Gritamos, berreamos, moqueamos, chillamos, maldecimos

porque es mejor llorar que traicionar

porque es mejor llorar que traicionarse.


¿Qué es lo que hace a una obra impactante?

 Por: Agustín Kast

Mario Benedetti fue un escritor uruguayo de la generación del 45 que se destaco por escribir en diferentes estilos sobre la realidad política que se enfrentaba Uruguay. En estos procesos de reflexión, donde abarco los acontecimientos cotidianos de los ciudadanos, logro expresarse de forma critica sobre la realidad que se estaba viviendo(1). El acontecimiento que se puede ver en una gran cantidad de sus obras y que es definitivamente de vital importancia para él, fue la dictadura cívico-militar de Uruguay. Este acontecimiento produjo que miles de personas fueran exiliadas. Pero en este proceso muchas personas fueron encarceladas injustificadamente. Sobre estas temáticas tratan sus obras.

Leyendo “Hombre preso que mira a su hijo” pase por un montón de emociones, me sorprendió el hecho de que un texto tan corto me conmoviera de tal forma. Gracias a esto me propuse escribir sobre lo que hace este poema especial o como yo lo llamo, impactante.

El primer aspecto que debe ser mencionado es la gran diferencia que hay entre el genero lirico y los demás cuando se trata de transmitir emociones, debido a que este se especializa en esto. El género dramático al ocupar distintos tipos de recursos liricos logra enfatizar sus ideas de una forma eficaz y simple. Esto se ve complementado con el estilo de escritura de Benedetti, que se caracteriza por ser coloquial, lo que provoca una relación con el lector, donde se entiende de forma rápida lo que se quiere decir. El estilo de escritura al ser coloquial también produce una conexión con el lector, debido a que no se utilizan palabras de calibre complicado o muy docto, por lo tanto, se vuelve accesible para todos.

Este primer aspecto sirve para aportar a la aproximación del lector a la obra, y de cierta forma, es solo una ayuda para el impacto que provoca. El segundo punto, que hace que el poema destaque, es la fuerte presencia ideológica que se encuentra en ella y como el autor logra transmitir con potencia, su visión de la situación que enfrenta la obra. De el poema se desprende con total claridad su opinión frente a los desaparecidos por la dictadura, la libertad, la fidelidad y la memoria, entre otros. La forma en que esta escrita la obra es cruda, a diferencia de otras de sus obras, donde se presenta la ironía y la sutileza al encarar estos temas. La crudeza empleada al escribir muestra la carga ideológica del autor y también suporta el mensaje que quiere transmitir. Tratándose de un tema tan serio, no hay ni otro tipo de lenguaje que sirva para conmover el mensaje. A pesar de que la ideología puede resonar con distintos tipos de persona, y no es necesariamente el punto que le da el gran impacto que tiene el poema, sino la moralidad a la que se apela.  La situación que se nos presenta es la de un hombre que esta encarcelado por ser opositor al régimen y que por esto no puede ver a su hijo. Ante esto, uno como lector se ve afectado por el drama moral de la situación, ya que el hecho de no poder ver a un hijo debe ser desgarrador, lo que se ve ayudado por el tipo de escritura del autor. Cabe recordad que esta no es una historia de una sola persona, sino la situación de miles de ciudadanos que vivieron la dictadura uruguaya.







Por último, el elemento que provoca impacto en el lector es el mensaje que quiere transmitir. Uno puede interpretar este poema de muchas formas, pero yo creo que lo fundamental de “Hombre preso que mira a su hijo” es vivir en base a sus principios incluso frente a cualquier adversidad y preservar la memoria. El hombre preso es capaz de morir y perder a su hijo con tal de dejar un legado, que sería el de vivir de forma que uno considere legitima. Y que el como padre, ayude a que su hijo tenga en claro como es para el vivir.

Se puede decir que lo que los aspectos que potencian esta obra son la forma de escribir del autor y la visión con la que quiere aportar.

Citas:

(1)Generación del 45 - Uruguay. (2019). Google Sites. Retrieved August 28, 2022, from https://sites.google.com/site/generaciondel45uruguay/

viernes, 26 de agosto de 2022

El peso de la memoria

 

 El peso de la memoria 

Ignacia Guajardo 


  La memoria, ¿algo incontrolable o una decisión? 

Lo que recordamos no depende de nosotros, sin embargo es nuestra decisión si contarlo o no. 

En, Hombre preso que mira a su hijo, escrito por Mario Benedetti se habla implícitamente de la memoria de una manera muy interesante, que me parece relevante analizar. El protagonista de la nombrada novela es un padre que se despide de su hijo, luego de ser torturado y privado de libertad. El contexto de la obra es la dictadura cursada en Uruguay desde el año 1973 al 1985. Es relevante decir lo anterior, ya que es en ese contexto en el que hablaremos de la memoria.

El protagonista hace entender que es torturado con el objetivo de quitarle información que podría ser relevante para su opositor. Sin embargo, él no responde a lo pedido por el torturador, razón por la que se despide de su hijo. En el texto se explican algunas razones por la que el torturado decide no hablar. El argumento más explícito del protagonista para no ceder, era la traición, como dice en la cita del mismo poema "porque es mejor llorar que traicionarse" .

Me gustaría abordar el tema de la memoria como un legado, ya que es eso lo que, personalmente, me transmitió la obra. Un legado, una herencia, hacia su hijo. Es de esta forma que Benedetti logra relacionar la importancia del pasado para el futuro, no de él (ya que él se estaba despidiendo), sino de su hijo. Es interesante como el pasado de una persona y cómo se hace recordar por sus seres queridos, afecta el posible futuro de estos mismos. 

Relacionado con la memoria, también esta la libertad. La libertad de no recordar. En Hombre preso que mira a su hijo el prisionero usa esa libertad para callar y de esta forma dejar un buen legado a su hijo. En lo personal, la obra me transmitió mucha profundidad y sentidos sobre la memoria. La obra le da una importancia tremenda, pero no al hecho de recordar, sino de ser recordado. Porque nosotros podemos decidir cómo ser recordados; es algo que no se dice, se hace; sin embargo lo que recordamos, no podemos controlarlo, pero en este caso si el hecho de decirlo o no y generar consecuencias con ambas opciones. Así, el protagonista prefiere asumir las consecuencias de su libertad(claramente solo metafórica, ya que estaba preso) lo que lo llevan a la muerte implícita contada la obra. La memoria no es solo lo que lleva a la obra a tener sentido y desarrollarse, sino también lo que conecta a esta con su contexto histórico. 

La novela habla de las prioridades, de cosas que "se debían hacer", no había opción que no fuera la lealtad a sus principios. Eso, creo que es uno de los más potentes mensajes de la obra en si. La forma en que relata su destino y cómo llego allá es como "inevitable". Así, en la cita "vos ya sabes que tuve que elegir otros juegos y que los jugué en serio." Metáfora de la vida, él tuvo que elegir ese camino y ahora no podía traicionarlo, traicionarse. 


La obra tiene da un gran peso a los valores personales, en este caso la lealtad a sus creencias. El protagonista creía en una causa y murió siendo leal. Era ese, en efecto, el mensaje que quería transmitirle a su hijo, el legado de la lealtad a la memoria. 

No hay precio que justifique el deshonor de la traición. 

"demasiado dolor para que te lo oculte, demasiado suplicio para que se me borre,  Pero también es bueno que conozcas que tu viejo calló, o puteó como un loco, que es una buena forma de callar" cuanta el protagonista con firmeza a sus valores claros e ideología digna de lealtad. Porque al final, no importa cuál sea la ideología, ni la memoria, ni los recuerdos, solo el ser fiel a ellos, hasta el final. Eso es, desde mi punto de vista lo que anuncia la obra con tanta convicción. 

El hombre siempre tuvo el objetivo de dejarle una buena impresión a su hijo. Porque claro, de cierta forma, iba a dejarse matar, pero más allá de eso iba a enseñarle a su hijo a callar, a luchar por sus ideales y honrar el silencio cuando sea necesario. 

En conclusión y en mi opinión, la obra aborda la memoria como un legado que debe honrarse y respetarse tal como el ideal. Dicho mensaje nos permite reflexionar sobre la identidad, ideología y valores personales. Su hijo lo ayudaba a a callar, era ese impulso que necesitamos para sernos leales y no traicionar. 

La victoria en la muerte


By: Katherina Schreiner 

Mario Benedetti fue  un dramaturgo, cuentista y crítico uruguayo perteneciente a la Generación del 45 (un grupo de escritores que desarrollaron su actividad en Uruguay durante los años 1940 y 1960, se  caracterizaban por reflexionar sobre la vida en la ciudad, análisis sobre los hechos cotidianos y privados de las personas, y una cuota de insatisfacción y crítica sobre la realidad. Los intelectuales del 45 no tenían la misma ideología política pero compartían, desde diferentes puntos de vista, el análisis crítico de su época(3)). Durante los años de vida de Benedetti pudo vivir múltiples acontecimientos, siendo uno de los más importantes la dictadura cívico-militar en Uruguay. La dictadura uruguaya (1973-1985) forzó al exilio a cerca de 380.000 personas, casi el 14% de la población. El exilio empezó siendo algo temporal en los países vecinos para poder continuar la militancia contra el régimen. Las consecuencias de esto llevo a la tortura, la prisión o la muerte. En los años más duros de la represión dictatorial, el exilio dejo de ser algo temporal para convertirse en un exilio en países más lejanos y de larga duración.(1)   

A raíz de esto Benedetti publicó múltiples obras, siendo una de ellas “Pedro y el Capitán”.                                                    

“Pedro y el Capitán” habla sobre dos seres humanos, siendo específicos hombres, seres humanos  iguales entre sí, ambos con debilidades y fortalezas, en un constante conflicto  entre un torturador y un torturado.

En esta obra contiene múltiples símbolos, acontecimientos y figuras literarias que expresan una situación lamentable como es la dictadura en  Uruguay, entre estos acontecimientos el secuestro, la tortura (tanto psicológica y física) y finalmente la muerte.    

La muerte no posee el mismo significado en todas las obras, la muerte posee varios puntos de vista como la muerte por amor, la muerte como un acto heroico, la muerte natural o el suicidio. En la obra de Benedetti, “Pedro y el Capitán”, la muerte se ve como una victoria y un alivio ante su constante tortura y es la forma de evidenciar sus ideales de resistencia. 

La muerte es una victoria debido a que Pedro al estar muerto tiene nulas posibilidades de revelar información, no solo eso, la muerte significa el fin del juego, donde el logró su cometido (no delatar a nadie) y frustrar el sentido de nuestro antagonista ( obtener información sobre la resistencia). Pedro sabotea de manera constante el interrogatorio impuesto por el capitán. El torturado asume su lealtad y habla pero no traiciona.

“Capitán:

Se lo pido Rómulo. Se lo ruego a Rómulo. ¡Me arrodillo ante Rómulo! Rómulo, ¿vas a decirme un nombre y un apellido? ¿Vas a decirme solamente eso?

Pedro: (a duras penas)

No……, capitán.

Capitán:

Entonces se lo pido a Pedro, se lo ruego a Pedro. ¡Me arrodillo ante Pedro! Apelo no al nombre clandestino, sino al nombre. De rodilla se lo suplico al verdadero Pedro.

Pedro: (abre bien los ojos casi agonizante)

¡No….., Coronel!

 Las luces iluminan el rostro de Pedro. El capitán, cae de rodillas, queda en la sombra.” Benedetti, M.(2)

Esta cita muestra el momento donde Pedro obtiene la victoria , el triunfo de la lealtad y la honra, la de ser fiel a tus ideales y gente, por encima de sus propios lamentos y dolor.

Tras haber vivido una totura interminable, inimaginable y brutal, Pedro se denomina así mismo muerto, dejando en claro que fue un punto de no retorno y paz para este mismo. Desde que dijo esas palabras asume que su salida es la muerte, sin importar cuánto avance la tortura, el se entrego en alma y cuerpo a sus principios. 

El intercambio de roles que se genera tras que Pedro se denominará a sí mismo como muerto, impulsa el intercambio Capitán/Pedro, en sus últimos momentos llega cada vez más cerca del cambio total de roles. Pedro ya teniendo el papel de la persona que hace la preguntas, evoluciona a preguntar sin necesidad, Pedro es el conocedor de las respuestas, los nombres/apellidos, conoce los conflictos interiores de su antagonista y destruye el mundo armado por el capitán, considerándo se a sí mismo muerto. Su mente llega a una convicción tan fuerte que ni el nombre de su esposa llega a afectar.

Pedro se defendió a sí mismo con la muerte antes que esta llegará, con esto Pedro vence al capitán ocupando su cuerpo todo magullado y convicción ante sus actos , expresando su adiós con Aurora.


“La mortalidad, más que un modo de dejar de ser, es un modo de ser. De tal manera la muerte está conectada con el ser humano, el hombre existe “como ser mortal”, “como-ser-para-la-muerte”. Para poder entender al hombre, la muerte resulta un punto clave. La muerte para él, se convierte en la última posibilidad del Dasein (sujeto), él mismo anticipa y proyecta su propia muerte, como una posibilidad de no consumar más su presencia en el mundo. Aquí el límite final de la vida y de la libertad será interiorizado, reabsorbido y reinterpretado de tal manera que la libertad resurge.”(4)  (Heidegger, 2009)

En conclusión la muerte es el símbolo más intenso y significativo de esta obra, dándole un cierre al conflicto y siendo un factor determinante en el desarrollo de esta obra. La muerte fue algo que Pedro tuvo claro desde gran parte de la obra, asumiendo y denominándose muerto. La máxima expresión de rebelión, lealtad y de su propia voluntad.



Bibliografía:

(1)La dictadura cívico-militar uruguaya (1973-1985): la construcción de la noción de víctima y la figura del exiliado en el Uruguay post-dictatorial. (2015). OpenEdition Journals. Retrieved August 26, 2022, from https://journals.openedition.org/nuevomundo/67888

(2)Benedetti, M. (2009). Pedro and the Captain: A Play in Four Parts (A. Aron, Trans.). Cadmus Editions.

(3)Generación del 45 - Uruguay. (2019). Google Sites. Retrieved August 26, 2022, from https://sites.google.com/site/generaciondel45uruguay/

(4)La muerte en Martín Heidegger – El Financiero. (2015, November 2). El Financiero. Retrieved August 26, 2022, from https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/universidad-iberoamericana/la-muerte-en-martin-heidegger/


jueves, 25 de agosto de 2022

El peso de la tortura

Por :Andrés Rengifo , sobre la obra  "Pedro y el Capitán"



 En la vida de Mario Benedetti los temas políticos han sido una constante, su exilio y el hecho de haber sido espectador de los sucesos acaecidos en Latinoamérica en referencia a los múltiples golpes de estado y gobiernos dictatoriales, no le fueron ajenos.

La obra Pedro y el Capitán (1979) fue concebida inicialmente como novela, pero finalmente significó el afortunado reencuentro del escritor uruguayo con el teatro. En la obra el intento de comprensión de una de las manifestaciones de la violencia engendrada por sistemas políticos represivos, el tenso diálogo desarrollado en la sala de interrogaciones entre víctima y victimario, conforman una verdadera radiografía dramática de la psicología de un torturador. La obra se compone de cuatro actos en los que no se percibe el enfrentamiento de un monstruo y un santo, sino de dos hombres, dos seres de carne y hueso, ambos con profundas zonas de vulnerabilidad y de resistencia. La distancia que los separa es, sobre todo, ideológica; y quizá ahí es donde reside la clave de otras diferencias, que abarcan temas tan sensibles como la moral, el ánimo, el dolor humano, el coraje y la cobardía, la poca o mucha capacidad de sacrificio, la brecha entre la traición y libertad.

La obra busca hallar respuestas al por qué y mediante qué proceso, un ser normal puede convertirse en un torturador. A pesar de que el tema de la obra gira en torno a la tortura, esta no es mostrada como hecho físico al ser representada, Pedro y el Capitán es una de aquellas obras que producen un remezón, un cambio en quienes la leen o presencian. El diálogo entre un sujeto que apreciamos como insensible, duro e inhumano, y otro que es una víctima, un hombre valiente que ha caído por sus convicciones e ideologías, son conceptos demasiado obvios para ser tratados, en cambio indagar sobre aquellas conversaciones que todos sabemos existen, pero que desconocemos cómo se producen, nos ponen al frente una obra completamente novedosa e intrigante.

Al comenzar a leer la obra, uno tiene la imagen de que el torturador es un ser ruin, malvado, y que no escatimará esfuerzos en obtener la información que pretende. Por otra parte aparece el torturado como un ser débil, que pretende aguantar la mayor cantidad de tiempo posible los castigos y a los que se le someten, por lealtad a su ser y compañeros, a sus ideologías y creencias.

Pedro encarna una especie de conciencia enmascarada, oculta, pero presente en el Capitán. Sus diálogos fluyen de una manera pausada. En el inicio es el Capitán el que ejerce un monólogo conciliador frente a un ya maltrecho Pedro, para que este le entregue la información deseada. Sin embargo, Pedro se niega. El Capitán no incurre en maltratos físicos, pero cada vez que se entrevista con Pedro lo encuentra más demacrado y dañado. Es en ése instante cuando el Capitán y Pedro comienzan a hablar con franqueza, ya no del tema que se supone los atañe, sino de cómo realmente son como personas, de sus vivencias. Se produce entonces una abertura humana, en la que el lector ya no difiere entre el «malo» y el «bueno», sino que se ve frente a un diálogo completamente humano. Finalmente Pedro le hace ver al Capitán su dolor y amargura que lleva dentro y que esquivaba, pero que Pedro desnuda con su honestidad y valentía, valores tan marcados y visibles en Pedro que conmueven hasta más duro, al torturador.






Pedro y el Capitán nos muestra cómo, en un escenario tan tenso, dos seres humanos llegan a conciliar sus ideas, a compartir y sentirse semejantes, a pesar de ser enemigos. La obra está llena de emoción y apela a lo más intrínseco del ser humano. Es una obra con un profundo contenido ético, y la forma en que la historia es narrada permite un entendimiento rápido y hace que el lector se inmiscuya en ella y que le sea ineludible el deseo de conocer el final.

Podría concluirse que Pedro y el Capitán juega, de cierta forma, el rol de un documento histórico aún no develado en Latinoamérica, ya que muestra una de las posibles relaciones entabladas entre víctimas y victimarios, o al menos la idea de que algo parecido pueda haber ocurrido en los distintos procesos de tortura vividos en Sudamérica. Jamás conoceremos los tratos, las conversaciones y las vivencias que experimentan un torturador y su víctima -a menos que tengamos la desgracia de haberlo experimentado- pero Benedetti nos demuestra -dejando a un lado su postura política y el sufrimiento por el que atravesó con su exilio- que detrás de cada rostro, de cada acto o ejercicio, por muy aberrante que este sea, siempre existe un ser humano, y su condición no podrá cambiarse por las circunstancias. Lamentablemente, una vez concebido el crimen, el tiempo no puede dar marcha atrás, a pesar del arrepentimiento que, en ocasiones como en la historia de Pedro y el Capitán, resulta ser la peor de las torturas.


  Desconocerse para conocerse mediante la escritura Y a veces, al escribir, limpiamos todo, como si de ese modo avanzáramos hacia algún lado...