miércoles, 28 de octubre de 2020

Mientras más nos separan, más nos unimos




Durante el transcurso de la historia, diversos países se han visto afectados por gobiernos autoritarios, más conocidos como dictaduras. Estas puede que se diferencien en causas, ideales, motivos y duración, pero en todas se repite el mismo patrón para actuar: represión, torturas y restricciones.

Con estas formas de actuar se provoca un mayor sentimiento de esperanza y unión, que motiva más a las personas a seguir adelante y expresarse contra las injusticias. Suena bastante irónico que un proceso tan violento, permite a su vez, desarrollar una mayor expresión y un mayor vínculo, pero si analizamos detalladamente la situación de Chile, la idea cobra sentido. Son estos dos puntos, expresión y unión, en los que me quiero enfocar.

Entre 1973 y 1990, Chile se vio afectado por un “apagón cultural”, proceso donde cualquier tipo de representación y/o movimiento artístico era restringido. No se permitieron, por sobre todo, las actividades artísticas que mostraban una clara oposición hacia el régimen militar y si es que se llegaba a saber de alguien promoviendo el desarrollo cultural, la violencia fue el arma que rápidamente se encargó de silenciar. Casos como el del cantautor Víctor Jara, brutalmente asesinado, demuestran la represión y censura ejercida hacia quienes denunciaban la dictadura y se oponían a esta.

Sin embargo, cabe preguntarse, ¿Es posible reprimir, censurar, restringir y/o detener por completo el desarrollo cultural de un país? La respuesta es no. De hecho, es justamente en los momentos más tensos donde existe una mayor expresión artística y se cumple que la restricción indirectamente promueve la expresión. El no permitir ser callado y hacer enfrente a las injusticias motiva a expresarse a través de diversas maneras;  organizaciones, literatura, música, protestas, etc. Todas estas formas a su vez, juntan a las personas y las mueven a rebelarse contra todo tipo de opresión, ganando cada vez más adeptos. Si bien esto no significaba que las personas al principio podían salir libremente a expresarse por las calles, sí significa que estas se podían reunir clandestinamente y reorganizarse paralelamente a lo que ocurría. Ejemplos relacionados con  música,  fueron grupos ya establecidos  que intentaban mover al pueblo a través de sus melodías, recalcando el descontento y la búsqueda de libertades y derechos para todos. Como el grupo  Inti-Illimani, que si bien no se encontraba en el país durante el 73, sí protestaba contra la dictadura.  Así, la música se convirtió lenta pero potentemente en la voz del pueblo.

Tomando en cuenta lo anteriormente dicho sobre la imposibilidad de cesar en su totalidad la cultura, entonces, ¿Se podría considerar como un apagón cultural lo ocurrido? Nuevas evidencias y archivos sugieren que no. El Museo de la Memoria se ha encargado de recolectar toda la información relacionada con el desarrollo de la cultura, obteniendo “testimonios audiovisuales de trabajadores y trabajadoras de la cultura que desde diferentes organizaciones sociales lucharon contra la dictadura en Chile”.  Basándonos en  esto, sí se reprimieron distintas actividades artísticas y sí asesinaron personas que demostraban que estaban en contra, pero nunca se pudo acabar por completo con la expresión de la gente y su deseo de acabar con el régimen.

Ahora, en relación a la unión, ¿Cómo la represión, la violencia y la tortura logran unir a la gente? El pueblo está con el pueblo, y frente a los horribles acontecimientos, lo largo del período y las injusticias que se vivían, las personas se ayudaban entre sí, organizándose y protegiéndose entre ellos si era necesario. Y este  símbolo de unión era recurrente cuando familias escondían en sus casas a quienes eran perseguidos, como quedó demostrado en el libro “Formas de volver a casa” de Alejandro Zambra donde se aclara que el padre de Claudia iba y venía, pero en su casa alojaba a víctimas de la dictadura, o cuando una persona prestaba su casa como centro de reunión de agrupaciones que se unificaban para dar la cara contra la dictadura tal cual se explicitó en “Tengo miedo torero” con la Vieja de al frente, Carlos y su grupo de amigos.
Esta gente decidía prestarle ayuda a otros, no porque pareciera una buena idea (de hecho ponían en riesgo sus propias vidas), sino porque mientras más violencia, injusticias, represión y torturas veían, más crecía el sentimiento de unión, el sentimiento de rabia, y el deseo de acabar con todo. Y justamente para eso último, se necesitaba de una gran masa unida. Si mataban a uno, salían dos a protestar. Si se perdían familias, se organizaban más grupos y así de a poco pero con fuerza el pueblo se unió más que nunca, ocupando como motor todo lo que ocurría en dictadura.

En conclusión, los mecanismos creados para acabar con la oposición (represión, restricción y torturas), callándolos y censurándolos, lograron el efecto contrario, pues indirectamente promovieron una mayor expresión y a la vez un mayor sentimiento de unión entre las personas, estableciendo así un pueblo cada vez más fuerte, valiente, seguro y dispuesto a dar la pelea por quienes ya no pueden, demostrando que nunca podrán acabar con ellos.  


https://www.eldesconcierto.cl/2019/08/22/nunca-hubo-apagon-cultural-museo-de-la-memoria-estrena-archivo-oral-de-movimientos-culturales-en-dictadura/



                                                                                                     Antonia Pizarro Sánchez

Mi desprecio por la Literatura con índole ideológico

 Espero no ofender a nadie con esta nota, pero necesito expresar mi enojo con la sobrevaloración que existe hacia las opiniones políticas de escritores y artistas. En general sucede con la globalidad de artistas en los cuales se encuentran los escritores, los cuales son por mi y por muchos, considerados artistas. No voy a profundizar en eso, ya que no es relevante. 


En un país libre un escritor puede escribir lo que le dé la gana. Es libre de expresarse de la forma que quiera. En una dictadura o en una república en la cual se les censure no. Lo que significa que la persona que se atreva a rechazar esta censura se le considera una persona valiente por las personas que aprobamos la libertad de expresión. También se le considera valiente al escritor que va en contra de las ideas morales. Las cuales serían los valores de la sociedad.

 

La valentía de las personas surge cuando sus ideas son firmes y no tienen miedo de actuar, ya que saben y creen firmemente que están en lo correcto. Esto sucede en muchos ámbitos de la vida como los deportes. Un ejemplo sería el paracaidismo, donde los paracaidistas que se atreven a saltar son los más valientes. Esta valentía surge gracias a la mentalidad del paracaidista que está seguro de que todo saldrá bien.


Muchos lectores que leen las obras de tales escritores, que en su relato escriben ideas censurables por el gobierno, o ideas las cuales están en contra de los valores de la mayoría. Caracterizan a estos escritores como valientes, por lo que en consecuencia aseguran que lo que se encuentra en el texto fue escrito con toda honestidad y seguridad. Yo comparto este pensamiento y creo que la mayoría de los escritores están seguros de lo que escriben. Lo que no comparto es lo que genera en los lectores.  Esta credibilidad hacia el escritor genera una subjetividad en el lector abismal. La subjetividad que se genera es debido a la falta de comunicación que existe al momento de leer el texto. La explicación a esto es que al momento de leer, el lector no tiene la oportunidad de cuestionar al escritor de ningún modo, ya que es un texto y es inalterable. Por lo que el lector es obligado a adoptar la postura del escritor para poder comprender la narración. De esta forma comprendiendo y adaptando las ideas que tiene el autor. En consecuencia el lector termina tomando ideas desde una postura ficticia(no en todos los textos son ficticias) la cual no es la que él tenía desde un inicio, antes de empezar a leer donde él razonaba en base a la realidad.


Como decía antes, es el autor el que de un modo te obliga a optar su postura para comprender el texto, pero a mayor escala es el lector el que decide desde qué perspectiva analizar el texto. También es el lector quien decide si tomar en cuenta las ideas políticas o ideológicas de una narración la cual proponga una situación inventada. Como es en el caso de Pedro y el Capitán. Donde se da una situación inventada, la cual no niego que se pueda haber dado. Pero no es una situación la cual se pueda utilizar como fuente histórica de análisis. Y encuentro que muchas personas comunes las cuales no estudian la historia de la forma más objetiva posible, una de las formas en las que aprenden de tal es por medio de la literatura. Y si esta literatura está sesgada ideológicamente es muy fácil que adopten esa ideología gracias a los factores que expliqué anteriormente. 


Principalmente creo que la importancia de la opinión del autor es mayoritariamente culpa del lector, ya que es este el que debe juzgar las obras de los artistas. No son los artistas quienes deben juzgar su propio arte. 


Personalmente no creo que esto cambie hasta que la sociedad cambie y forme un juicio personal o se acabe el arte. Yo no quiero que se termine el arte a pesar de lo influyente que es sobre la sociedad. 


Adjunto un Poema de Rodrigo Lira en relación a la Dictadura.
No me deja adjuntar una foto por lo que lo escribo.
Vicente Ruiz


  para la galería imaginaria 



Que el verso sea como una ganzúa
Para entrar a robar de noche
Al diccionario    a la luz
De una linterna
               sorda como
Tapia
     Muro de los Lamentos
Lamidos
     Paredes de Oído!
     cae un Rocket        pasa un Mirage
     los ventanales quedaron temblando
Estamos en el siglo de las neuras y las siglas
                                  y las siglas
son los nervios, son los nervios
El vigor verdadero reside en el bolsillo
                                        es la chequera
El músculo se vende en paquetes por Correos
la ambición
           no descansa la poesía
                          está c
                               ol
                                 g
                                 an
                                  do
en la dirección de Bibliotecas Archivos y Museos en Artí
culos de lujo, de primera necesidad,
         oh, poetas! No cantéis
a las rosas, oh, dejadlas madurar y hacedlas
mermelada de mosqueta en el poema

































lunes, 26 de octubre de 2020

Las distintas caras de la sociedad en dictadura

 A lo largo del año hemos leído diversos textos que abordan diferentes temas pero todo de ellos tienen un punto en común que es que todos tratan de refleja el como la dictadura afecta a la sociedad o dicho de otro modo el como es una sociedad afectada por la dictadura. Para hablar sobre este tema me guiare principalmente por los dos siguientes textos: formas de volver a casa  de Alejandro Zambra y Tengo miedo torero de Pedro Lemebel, estas obras fueron escritas por autores chilenos por lo tanto la sociedad de la que hablan es la sociedad chilena, pero estas dos obras se diferencian desde la perspectiva en la que narran su visión de la sociedad en la dictadura de Augusto Pinochet, esto en gran parte se debe a la experiencia personal de los autores correspondientes un claro ejemplo de esto es el hecho de que Pedro Lemebel es homosexual, que puede parecer un detalle menor pero se nota claramente que esto afecta a su perspectiva de la sociedad en su obra "tengo miedo torero", de todas formas me centrare mas adelante sobre este detalle.

La manera mas fácil de ver el como se presenta la sociedad en estas obras es ver desde que perspectiva se narran estas obras, primero me gustaría hablar de "tengo miedo torero" ya que es un caso mas "simple", en este libro se muestra un barrio pobre con múltiples personas de izquierda, pero en especifico se nos cuenta la historia desde la perspectiva de un travesti homosexual, un marginado para la época y el como se relaciona con un grupo de guerrilleros de izquierda miembros del frente patriótico Manuel Rodríguez, ya que se enamora de uno de sus miembros, aparte de esto en esta sociedad se nos muestra una clase gobernante extremadamente clasistas, incrédulos y frívolos siendo el ejemplo mas claro de el libro el personaje de Lucia Hiriart.

Por otro lado la sociedad que se nos muestra en "formas de volver a casa" es un poco mas complicada para describir debido a la naturaleza del libro, ya que este esta contado de dos perspectivas diferentes de la misma persona, una cuando es solo un niño y la otra cuando es un adulto, la primera nos muestra un a perspectivas mas difusa del como es la sociedad, viste desde la inocencia de un niño, tal como se ve en la forma  que describe a Pinochet, diciendo que era "un personaje de la televisión que conducía un programa sin horario fijo", al contrario la perspectiva de cuando es una adulto que se nos muestra una mayor comprensión del lo que ocurrió mostrándonos que pese a que la dictadura ya paso, aun quedan consecuencias sobre lo que paso en ella, como por ejemplo el como afecto a Claudia el hecho de que su padre fuera un militante comunista.

Ahora me gustaría hacer una comparación entre las diferencias y similitudes de como son las sociedades que nos presentan en estos libros. La primera y mas evidentes de todas es en gran parte el grado de detalle que se nos da de la sociedad en cada uno de los libros, en tengo miedo torero da mas detalles de como es la sociedad o al menos una parte de ella, mostrando un barrio pobre, donde están los marginados, los rebeldes y las minoría, además muestra a una clase gobernarte caricaturizada, mostrando un gran clasismo, con un gran sentido de superioridad etc. Por otro lado en formas de volver a casa la sociedad en dictadura que se nos retrata es mas sutil por supuesto debido a la perspectiva desde lo que se cuenta  el texto, primero mostrando un sociedad poco definida y luego una sociedad claramente golpeada por los tiempos en dictadura ya que como se muestra en la narración del adulto todavía hay heridas que no sanan heridas que todavía no sanan. La gran similitud que encuentro entre los dos libros, es que ambos hablan de una relación negativa de parte de la sociedad con dictadura, en el caso de tengo miedo torero se muestra de forma bástate clara, ya que gran parte de la trama del libro habla sobre un grupo rebeldes y de como se oponen al régimen, por otro lado tenemos a formas de volver a casa que muestra el punto de vista mas cercano al ciudadano común, mostrándonos que mas de tratar de oponerse a la dictadura había un aire de temor así ella como se puede ver por ejemplo en el caso de la familia de Claudia y como su padre llego hasta a cambiarse el nombre.

Para finalizar me gustaría decir que pese a que en algunas partes del ensayo hablo de como si los libros hablaran de distintas sociedades, ya que le dan matices diferentes a estas, en lo personal creo que se refieren a la misma sociedad solo que contadas desde diferentes puntos de vistas, esto claramente afectado por la experiencia personal del autor, además yo tampoco creo que estas 2 formas sean las únicas de las que se pude hablar de la sociedad de la dictadura, ya que a esta sociedad se le pueden dar matices diferentes dependiendo de quien la cuente. 

Alejandro Zambra: “Nunca leo a un crítico en busca de su opinión, lo que me  interesa es su escritura” | PliegoSueltoEl emerger de Pedro Lemebel, el "último cronista" - Infobae

Reflexiones acerca de la intencionalidad política del relato a través de la lingüística

  

El deseo, la sexualidad y el melodrama como discurso crítico social y político en “Tengo miedo torero”, de Pedro Lemebel y “Formas de volver a casa”, de Alejandro Zambra. 

 

“Tengo miedo torero” (2001), es la primera novela del poeta y artista chileno, Pedro Lemebel. La novela se presenta con un lenguaje difícil de encasillar en una sola categoría, siendo este, una mezcla entre poesía, diario de vida, teatro y tragedia. Es destacable, la capacidad del autor para escribir una pieza con una crítica social tan fuerte, pero sin ser un libro que consta únicamente de un conjunto de datos empíricos, sino una novela ficticia única. 

Por el lado de “Formas de volver a casa” (2011), esta es una de las varias novelas del reconocido poeta y novelista chileno, Alejandro Zambra. Tal como en “Tengo miedo torero”, esta obra se nos presenta con un lenguaje particular con la capacidad de marcar, en términos generales, dos esferas narrativas dentro de la novela. Un juego dicotómico de las dos personalidades del personaje (o bien, del autor) marcan discursivamente el trasfondo de crítica política y social en la novela. “Mientras el país se caía a pedazos nosotros aprendíamos a hablar, a caminar, a doblar las servilletas en forma de barcos, de aviones” (Zambra, 2011)

 

El discurso sobre ser parte, ser personaje de la novela, involucra directamente a la experiencia, las historias familiares, las noticias y los encuentros sexuales son los principales puntos, donde encontramos las más íntimas reflexiones y críticas en ambas novelas.

 

En “Formas de volver a casa”, el discurso narrativo va dirigido a la torpeza de escribir sobre uno mismo, pero simultáneamente, esta resulta ser una suerte de crítica amarga a la dictadura y la soledad de la represión política. En cierta medida, es la lingüística de esta novela un acercamiento a los más íntimos pensamientos del personaje (o del autor). En esta narración que parece prosa, donde ser un personaje, o bien, escribir un libro, es un peso que hay que cargar, un medio inequívoco para dar conocimiento de la memoria y dejar huellas de una clara crítica política a la censura, la soledad y el apagón cultural de la época. 

“Y a veces, al escribir, limpiamos todo, como si de ese modo avanzáramos hacia algún lado. Deberíamos simplemente describir esos ruidos, esas manchas en la memoria. Esa selección arbitraria, nada más. Por eso mentimos tanto, al final. Por eso un libro es siempre el reverso de otro libro inmenso y raro. Un libro ilegible y genuino que traducimos, que traicionamos por el hábito de una prosa pasable.” (Zambra, 2011)

 

El encuadre de ambas personalidades en “Formas de volver a casa” -El niño que vivió las atrocidades del régimen y contantemente desea recordar, a través de un relato tipo diario de vida, y el adulto que es incapaz de recordad y hacer cuenta de los errores, mediante un relato con suerte de prosa, con poesías entre medio- es un juego que no deja de sorprender por su carácter dicotómico, que nos demuestra la íntegra y versátil habilidad de argumentar. 

Por el lado de “Tengo miedo torero”, Lemebel también logra matizar dos polos opuestos y dos críticas en un mismo relato. Un relato que no se sabe si es una obra teatral, un íntimo diario de vida o una prosa libre. El dictador y la loca del frente, quienes se entrecruzan, juntan miradas desapercibidas, se siguen, se buscan pero, fundamentalmente, buscan matarse el uno al otro. El relato de ambos personajes nos muestra, también, esta esencia de crítica sociopolítica versátil, que a través de la pena, rabia, odio, amor y fantasías estos personajes conviven, el amor y la expresión fluyen, sin dejar de lado, en ningún caso, el miedo, la represión y por sobre todo, la dictadura en pie. “Sería más fácil partir, dejando quizás un pequeño charco de llanto, una mínima poza de aguada tristeza que ninguna CNI pudiera identificar. Porque las lágrimas de las locas no tenían identificación, ni color, ni sabor, ni regaban ningún jardín de ilusiones”. (Lemebel, 2001)

 

Sin dejar atrás, el carácter fundamentalmente romántico de la novela, un romance delictual bañado en charcos de lágrimas y sangre; locuras y desaventuras que generan esta particular atmósfera amorosa heterosexual entre la Loca y Carlos. La Loca, un personaje con una predisposición innata a amar con locura, a disfrutar del romance y la pasión, la fuerza del deseo. “Como si el pedal de esa lengua marucha se obstinara en nombrarlo, llamándolo, lamiéndolo, saboreando esas sílabas, mascando ese nombre, llenándose toda con ese Carlos tan profundo, tan amplio ese nombre para quedarse toda suspiro, arropada entre la C y la A de ese Carlos que iluminaba con su presencia toda la casa”. (Lemebel, 2001)

 

 

Con una impecable sutileza, ambas novelas lideran con su crítica social,  una intencionalidad de carácter político, donde la sexualidad, la experiencia, la memoria, el dolor y la pasión superan al miedo y la desesperanza. Novelas alejadas de ser una crítica dura con datos a la dictadura -como la gran mayoría de las novelas aisladas en el tópico dictatorial- estas presentan la capacidad de narrar más allá del mero deber social a generar una instancia de reflexión y crítica política, más bien, estas revelan la parte más íntima y dura de una dictadura, con una impecable lingüística tentada a contraponerse, que no deja nada más que desear de ambos relatos. 


 Yeguas del Apocalipsis

 

 

 

Martina Roessler IVC

   

La literatura de los hijos



«La diferencia de la literatura de hijos tiene que ver con rescatar otros afectos: esta generación no aborda el pasado solo desde el homenaje, sino también cuestionando, interpelando. Surge algo más afilado. Una aproximación más incómoda que en otras narrativas» (Alia Trabucco)

   Los títulos de la novela “Formas de volver a casa”, escrito por Alejandro Zambra y publicada el 2011, parecen cuidadosamente selectos. Me llamo particularmente la atención el tercer capítulo, nombrado “literatura de los hijos”

  Entendemos por “literatura de los hijos” las obras producidas por una generación de autores que vivieron su infancia o adolescencia en una crisis política, en una dictadura. La académica Lorena Amaro acuñó la expresión «literatura de los hijos» para describir esa tendencia, que no es sólo chilena, sino también argentina y uruguaya, entre otros países que sufrieron los rigores dictatoriales[i]. Las obras de la generación de los hijos son, en general, obras fragmentadas: se componen de capítulos cortos, las temporalidades y los enunciadores cambian de repente y a menudo, igual que podemos ver a lo largo de “Formas de volver a casa”. Se nos presenta un camino errático que emprende la memoria o los pensamientos de los personajes que son bastante inestables social y psicológicamente, esta fragmentación rompe la linealidad del relato y la ilusión representativa impidiendo así al lector dejarse llevar por la historia contada. El nombre ha entrado en debate, pues con la expresión “hijos de la dictadura” se asume como si hubieran sido parte o tomados en cuenta durante esta, sin embrago, como transmiten a través de sus obras, muchas veces el sentimiento de ser “personajes secundarios” fue el que predominó.

  Generalmente nos presentan esta literatura como una auto ficción, ya que es una clase de reconstrucción de la memoria entre lo íntimo y lo político. Inevitablemente lo autobiográfico va a tener un fuerte peso, pues estos autores si bien tenían lucidez y conciencia, no se llegaban a entender lo que ocurría. Hay una permanente sensación de estar fuera de lugar, de formar parte de un universo borroso cuyas leyes se ignora, de estar rodeado de signos (los de la guerrilla clandestina, por ejemplo) que no sabe interpretar. Es por eso, que la “literatura de los hijos” se puede entender como un intento de rellenar los huecos que dejaron los silencios, las confusiones, los hechos borrosos, son fragmentos de ideas e imágenes sociales y culturales, una serie de capas de sentido y de significaciones que permiten acceder al pasado, pero siempre de modo incompleto y mediado. Por lo mismo, la memoria es entendida y construida, por estos autores, como un proceso y no como un acontecimiento[ii]. Son relatos donde narradores se hacen cargo como pueden de lo que vieron a medias o introdujeron. Podríamos decir de hecho, que los autores no escriben sobre la dictadura en sí, sino que la dictadura se cuela en sus relatos, de la misma manera que se cuela inevitablemente en el presente de Chile.

  No es una autobiografía propiamente como tal, pero podemos ver claramente una problematización entre lo real y lo ficticio. De esta manera ilustra las ambigüedades e inseguridades de la época, los sentimientos encontrados respecto a las decisiones políticas de las personas cercanas a su alrededor, el difícil equilibrio entre el amor y la incondicionalidad ilustra también lo incomodo, conflictivo y difícil de tratar este tema sin apasionamientos.

  Es por esto, que sigue muy vigente, sobre todo en el actual contexto nacional, ya que esta generación de autores tiene una mirada crítica particular de lo que fue la transición a la democracia. Y también porque en sus obras vemos reflejadas problemáticas que continúan hasta hoy en día, como la inclusión de los niños y adolescentes en la discusión política.

  Seguramente todos hemos escuchado alguna vez, que es mejor no incluir a los más pequeños en temas de política, porque es un tema muy complejo para que comprendan y para proteger su inocencia. Sin embargo, en mi opinión, el presente que estamos viviendo nos ha enseñado, que es mejor hacerlos parte de la conversación y que no es malo una inclusión temprana en la comprensión de la política, pues son agentes de cambio importantes y al fin y al cabo sus vidas igual se verán afectadas por las decisiones. Excluirlos, que sería lo contrario a esto, puede generar más tarde poca participación ciudadana, desinterés e incluso ignorancia. Sería bueno motivarlos a conectarse con la realidad y sobre todo, motivarlos a dar su opinión y a debatir de forma respetuosa, así que hay que aprender a hablar y a quitarnos poco a poco ese impedimento, esa máscara que oculta la incomodidad de explicar a los niños complejas problemáticas que ocurren a su alrededor. El incluirlos y darles la oportunidad de comprender su alrededor, los estamos haciendo participes de la historia, son más personajes principales y al no sentirse aislados, son menos personajes secundarios.


domingo, 25 de octubre de 2020

 


Evolución de personajes en “Pedro y el Capitán” como manifestación de la victoria de la víctima sobre el victimario

 

   “Pedro y el Capitán” es una obra de Mario Benedetti que se centra en el dialogo verbal y no verbal entre el preso político Pedro y el Capitán que lo interroga con el fin de obtener la información sobre sus compañeros de lucha. Pedro no entrega ninguna información y termina muriendo. Sin embargo, Pedro en esta situación se ve como un “ganador” que ha superado las torturas físicas y psicológicas y de este modo ha derrotado al Capitán. El autor lo logra representar a través de distintos recursos, cuales él utiliza con el fin de construir una evolución de ambos personajes que a su vez demuestra de mejor manera la derrota del Capitán. En este comentario se verá de qué modo y con qué recursos el autor plantea esta evolución.

 

   Por lo primero, es importante notar el planteamiento espacial y situacional de la obra. Pedro se encuentra encarcelado y el Capitán tiene un control absoluto sobre él. Esta es la situación de partida que a nivel físico no cambiará durante toda la obra. A continuación, es fácil de notar la estructuración de la obra que elige Benedetti. En la primera parte el Capitán se presenta totalmente superior al Pedro. Se encuentra bastante calmado y con la postura firme: “Al cabo de unos minutos, entra el Capitán, uniformado, la cabeza descubierta, bien peinado, impecable, con aire de suficiencia.” (pág.15) Mientras Pedro ya golpeado no habla el discurso extenso del Capitán puede ser caracterizado por un alto grado de confianza en sí mismo y en que él va a lograr obtener la información de Pedro. A parte, se nota que la figura del Capitán se instala por sobre la del Pedro cuando el autor presenta que el uniformado domina la información sobre el Pedro y su familia:

“Capitán

Mirá, Pedro… ¿o preferís que te llame Rómulo, como te conocen en la clande? No, te voy a llamar Pedro, porque aquí estamos en la hora de la verdad, y mi estilo sobre todo es la franqueza. Mirá, Pedro, yo entiendo tu situación. No es fácil para vos. Llevabas una vida relativamente normal. Digo normal, considerando lo que son estos tiempos. Una mujercita linda y joven. Un botija sanito. Tus viejos, que todavía se conservan animosos”. (p.17)

   Pedro está totalmente en las manos del Capitán. Sin embargo, gracias a la estrategia del silencio elegida por Pedro en la primera parte al final de esta se produce el primer cambio, la primera ruptura en la figura del Capitán. Luego de todo el discurso que ha dado el Capitán al Pedro, el ultimo igual niega entregar información alguna y a raíz de esto el Capitán, que hasta el momento ha permanecido calmado y seguro, eleva su tono de voz. Pedro permanece callado y demuestra oposición a su victimario.

   Al principio de la segunda parte el Capitán todavía permanece igual físicamente y emocionalmente está bastante estable. Pero en el momento cuando Pedro apunta al Capitán a su conflicto interno indicándole que él no puede imaginarse noble y digno, el Capitán le responde gritando que se calle. Y cuando Pedro pregunta por si el Capitán tiene familia nuevamente está sacando a la luz el conflicto que tiene el Capitán dentro de su personalidad, ya que él entiende que lo que está haciendo no es digno ni es lo correcto. Y para justificar lo que hace y para poder mirar a los ojos de sus hijos y su esposa el plantea que su trabajo es necesario para lograr una misión, obtener la información de los torturados. Es por eso que cada vez cuando Pedro dice al Capitán algo acerca de esto, el segundo reacciona diciéndole que se calle de una manera agresiva. Es interesante como en la segunda parte Pedro no está “venciendo” al Capitán de la forma de oposición y pelea contra él, sino que en esta parte la voz de Pedro cumple el rol de la conciencia del Capitán que lo destruye desde interior de su personalidad.

   En la tercera parte, el Capitán ya no se encuentra como antes: “El Capitán está en el sillón, meciéndose como ensimismado. Ha perdido la compostura y el atildamiento de las escenas anteriores.” (pág. 49) En esta parte el autor nos demuestra un cambio formal de tratamiento entre los dos personajes. Desde entonces Pedro dice “vos” al Capitán, mientras él le trate de “Usted”. Aquí se nota que la situación de la dominancia del Capitán presente al principio de la obra ya se desvaneció completamente. Y luego en la cuarta parte se manifiesta ya la dominancia completa de Pedro sobre el Capitán cuando el uniformado empieza a rogar que Pedro le de algún dato para que él pueda justificar las torturas que ha encargado realizar.

  Por lo último, para ver cómo se manifiesta el triunfo de la víctima, es esencial entender que el principal objeto de valor, el fin que quiere conseguir el personaje del Capitán es la información. Y ya que termina no obteniéndola se puede afirmar que Pedro cuyo objetivo era no traicionar a sus compañeros ha vencido. Pero más allá de esto el principal instrumento que utiliza el Capitán es el temor a la muerte de Pedro. Sin embargo, Pedro resiste a esta opresión y en los capítulos 3 y 4 acepta que ya está muerto. De este modo, Pedro todavía estando vivo destruye la principal estrategia del Capitán para obtener la información y lo vence completamente.

 

   Resumiendo todo lo dicho anteriormente, podemos ver que el autor a través de la evolución de los personajes ha demostrado el triunfo de Pedro, la victima de la tortura sobre su victimario, el Capitán.     


Gleb Mikhurinskii

Fuentes 

http://nerudavive.cl/descargas/mario_benedetti/pedro_y_el_capitan.pdf

viernes, 23 de octubre de 2020

Las emociones están siendo olvidadas


Las emociones están siendo olvidadas




 Uno de los medios más utilizados para controlar las masas es el control de la información, y en consecuencia uno de los medios de comunicación que a lo largo de la historia más severamente se ha visto afectado con estas medidas  es la literatura, esto debido a que a través de ella se pueden transmitir y masificar ideas que al régimen opresor no les conviene. Sobre este tema se han escrito bibliotecas enteras, pero me he fijado que el foco suele estar en la crítica o en el conocimiento que puede haber en la obra y muy rara vez en cómo la censura de la literatura también coarta lo emocional y espiritual, lo que de igual 

manera cumple el objetivo, facilitando al régimen el control sobre los ciudadanos.

La creatividad se ve afectada por el acceso limitado a la literatura y otras formas de arte. Se reducen las formas de expresarla y de obtener inspiración. La creatividad nos permite soñar, pensar en lo increíble, por eso es que es peligrosa para los regímenes autoritarios, porque nos podemos imaginar utopías enteras y es el contraste de estas realidades imaginadas con la realidad que la hacen riesgosa, porque genera descontento en la población, da esperanza y da rabia, rabia en contra del gobierno y la situación actual. El permitirle a la gente soñar puede llegar a la caída de los opresores, el tener algo en qué soñar. 

La catarsis es el término usado en la psicología que se refiere a la liberación de emociones, conscientes o inconscientes. Es parte de una salud mental sana, ya que nos permite exteriorizar cómo nos sentimos, el no hacer catarsis puede llevar a bloqueos emocionales, lo que nos dejan más vulnerables y por ende manipulables, que es lo que está buscando el opresor, pero ¿cómo se relaciona esto con la literatura? Una de las formas de hacer catarsis es a través de la televisión, libros u obras, de hecho el origen de la palabra viene del griego κάθαρσις (kátharsis). Según Aristóteles esta ocurría en la tragedia griega ya que los espectadores experimentaban sentimientos como el miedo y compasión, lo que causaba que al finalizar la obra, el público saliera sintiéndose limpio. El beneficio del catarsis provocado por los medios (incluida la literatura) es que se pueden expresar sentimientos que la persona no estaban conscientes, además de ayudar a liberar sentimientos violentos, al satisfacer este impulso en algunas personas. Entonces cuando se limita la literatura, también se restringen las opciones para hacer catarsis, lo que puede general un malestar en algunas personas y esto podría hacer que sean más susceptibles a la manipulación por parte de los opresores, cumpliendo así su fin.

La literatura sirve como una pausa, un momento de paz en nuestras vidas, donde nos podemos dejar llevar por maravillosas historias. Además de permitirnos vivir vidas que no tenemos ni nunca vamos a tener o cómo dijo Mario Vargas Llosa en su discurso al recibir el Premio Nobel en el 2010 “Inventamos las ficciones para poder vivir de alguna manera las muchas vidas que quisiéramos tener cuando apenas disponemos de una”. El período de tiempo que ocupamos para distraer nuestra mente  y relajarnos es conocido como ocio. Las actividades de ocio son necesarias porque nos ayudan a recargar energías, refrescar la mente y a la salud mental a largo plazo. La ausencia de este aumenta el riesgo de hipertensión, disminuye la calidad de vida y el estado de la salud mental empeora. Entonces al limitar el acceso al arte y literatura, se está obstaculizando el ocio de muchas personas, ya que las artes plásticas, la música, lectura y escritura son algunas de las formas de ocio más comunes y accesibles. El limitar el ocio vuelve más vulnerables a los habitantes, haciéndolos más fácil de manipular.

El que el arte y más en específico la literatura sean censurados durante dictaduras, además de facilitar el control por limitar el acceso a la información y obstaculiza tener una mente crítica, ayuda a controlar limitando la creatividad, que nos lleva a soñar y comparar la realidad con nuestras utopías. Además el no poder acceder al arte dificulta el poder hacer catarsis y nos limita el ocio, lo que nos puede dejar con una mala salud mental y por ende más susceptibles a la manipulación. En conclusión el censurar el arte y la literatura además de ,como ya es bien sabido, dejarnos más susceptibles a la manipulación por coartar nuestro intelecto, también nos perjudica emocional y psicológicamente, lo que nos pone en una situación más vulnerable y sumisa.


Bibliografía

Sobre la catarsis

https://www.psonrie.com/noticias-psicologia/la-liberacion-de-las-emociones-negativas-a-traves-de-la-catarsis#:~:text=La%20palabra%20catarsis%20es%20de%20origen%20griego%20y%20significa%20purificaci%C3%B3n.,-Es%20utilizada%20en

https://www.psonrie.com/noticias-psicologia/la-liberacion-de-las-emociones-negativas-a-traves-de-la-catarsis#:~:text=La%20palabra%20catarsis%20es%20de%20origen%20griego%20y%20significa%20purificaci%C3%B3n.,-Es%20utilizada%20en

https://lamenteesmaravillosa.com/sabes-nos-ayuda-la-catarsis-emocional/

Sobre el ocio

https://iqaquiron.com/portal/la-importancia-del-ocio/#:~:text=Las%20actividades%20de%20ocio%20son,salud%20y%20tener%20paz%20mental.&text=Aparte%20de%20ser%20una%20forma,recreativas%20sirven%20tambi%C3%A9n%20para%20socializarse.

Discurso de Mario Vargas llosa

https://www.ersilias.com/discurso-de-mario-vargas-llosa-nobel-literatura-2010/#:~:text=Mi%20salvaci%C3%B3n%20fue%20leer%2C%20leer,dej%C3%B3%20de%20ser%20un%20juego.

manipulación

https://sites.google.com/site/psicoalboran/manipuladores-y-manipulados



María José Moraga


jueves, 22 de octubre de 2020

Entre la ironía y la ternura: denuncias sociales por Lemebel

Lemebel no es autocompasivo ni dramático a la hora de denunciar las infinitas injusticias de este país, las que él vivió en carne propia por pertenecer a las más afectadas de las minorías. Su denuncia social tiene un estilo poético que adopta a la vez un lenguaje cotidiano de la periferia de Santiago. Así logra una estética burlesa e irónica que visibiliza 

las realidades marginalizadas. No sólo el contenido de los textos de Lemebel denuncian los problemas sociales y políticos de Chile, pues este lenguaje también. La voz ventrílocua y la lengua marucha, al combinar un lenguaje vulgar con uno poético, irrumpen en el espacio de la literatura más tradicional, ocupándolo con una que alude a las minorías y a las realidades marginalizadas. 


Estas características se ven tanto en Tengo miedo torero como en Zanjón de la Aguada. La primera corresponde a la única novela del autor, la cual trata una historia de amor de un chico del Frente Patriótico Manuel Rodríguez con un homosexual. Por otro lado, Zanjón de la Aguada es un libro de crónicas, que, a partir de situaciones cotidianas e históricas de Chile, realiza una crítica social.


“Aunque alguna vieja pirula diga que cómo permiten a esa tribu pioja que convierte el relamido Forestal en una fonda cebolla. A pesar de estos remilgos, la bandada popular retoza sin vergüenza en el paseo público. (…) Resulta oxigenante complicitarse con el chapuzón proleta (…), donde calzoncillos y trajes de baños desteñidos, alegran la rigidez del conjunto escultórico. Mientras tanto sigue el calor, y el sol es la brasa espumante que aletarga el veraneo sin mar del oleaje callampa y capitalino.” (Lemebel, 2003) Así relata el autor una escena de verano en Santiago en su crónica Veraneo en la capital (o la gota gorda del sudor del capitalismo). Aquí reinan la burla y la ternura. El lector o la lectora se hace una imagen muy caricaturizada de la en la cabeza, mientras que las últimas oraciones muestran la ternura que siente el narrador por esta escena. Con esta imagen de la vieja pirula mirando despectivamente a las personas que se bañan en la pileta, hace alusión a cómo es mirada en Chile la clase baja. Los dos puntos que vemos acá tienen en común el tono burlesco; fonda cebolla, chapuzón proleta, oleaje callampa y capitalino son algunos de los ejemplos que demuestran esta creación por parte de Lemebel de un lenguaje propio que evidencia la marginalidad mientras que le da un toque irónico a dicho fragmento. 


“No le ofrezco el cielo, porque sé que los ángeles se aburren. (…) Tal vez, en esta carta, podamos imaginar un sitio digno donde respirar libertad, justicia y oportunidades sin besarle el culo a nadie. Quizás, soñar otro país (…) Un hermoso país, como una inmensa sábana de sexo tierno que también sirva para secarle a usted su sudor de mochilero patiperro. ¿Qué me dice? Nos embarcamos en el sueño.” (Lemebel, 2001) Así finaliza Lemebel su crónica Carta a la dulce juventud, donde habla del importante rol que cumplen los y las jóvenes en los movimientos sociales. Podemos ver aquí también la conjugación de esperanza y ternura con un toque sarcástico y hasta provocador: la imagen del o la estudiante limpiándose la cara con una sábana de sexo tierno puede parecer un poco vulgar. Podemos ver aquí entonces, que si bien se hace una crítica por la forma en que viven los y las estudiantes en Chile, esta tiene un dejo cómico muy importante. 


En la siguiente cita vemos una explicación de estos elementos que vimos recién, pero ahora situado en Tengo miedo torero "Tomo prestada una voz, hago ventriloquía con esos personajes. Pero también soy yo: soy pobre, homosexual, tengo un devenir mujer y lo dejo transitar en mi escritura. Le doy el espacio que le niega la sociedad, sobre todo a los personajes más estigmatizados de la homosexualidad, como los travestis.” (Lemebel, citado por López, Berta). Lemebel utiliza palabras del Santiago perférico para referirse a los homosexuales, las cuales demuestran el desprecio hacia ellos: cola, colisa, marica y/o maricón (López, 2005) "...donde estiraban sus huesos las contadas amigas maricas que visitaban la casa (...) diciendo que los chiquillos no querían conocer más colas (Lemebel 2002:13)" Posteriormente, podemos ver que a partir de estas determinaciones despectivas él crea otras palabras: marifrunci, coliflor, mariflor, etc. Es decir, se adueña de un lenguaje originalmente despectivo, atribuyéndole un significado distinto: uno poético. 


A través de sus relatos y sus particulares formas de narrar, Lemebel nos muestra historias excluídas de la historia oficial. La marginalidad nunca ha estado incluida en esta y sus obras nos permiten conocer historias que – ficticias o no – dan cuenta de una realidad reprimida, que es muy distinta que aquella que encontramos en los libros de historia. 


Valeria Mery 








Bibliografía


Lemebel, P. (2003). Zanjón de la Aguada (p. 195-196)

López, B. (2005). Tengo miedo torero, de Pedro Lemebel: ruptura y testimonio

Lemebel, P. (2001). Tengo miedo torero



miércoles, 21 de octubre de 2020

¿El torturador no cambia y no cambiará nunca? [Pedro y el Capitán, Mario Benedetti]

 ¿El torturador no cambia y no cambiará nunca? [Pedro y el Capitán, Mario Benedetti]

¿Qué puede empujar a un ser humano a torturar a otro, a convertirse en un torturador?, ¿Cómo puede llegar a casa y saludar a sus hijos, hijas y esposa, como si nada hubiese pasado?, ¿Cómo puede dormir sin que le atormenten las atrocidades que ha cometido…? Esas son las preguntas que se lanzan al aire en “Pedro y el capitán”, el grandioso texto de Mario Benedetti. De forma consecuente se cuestiona la tortura institucional en tiempos de las dictaduras uruguaya y argentina de los años setenta del siglo XX. La tortura psicológica del militar se enfrenta a la resistencia muy fuerte del detenido, que es torturado físicamente siempre para comenzar el interrogatorio con el fin de hacerle confesar de sus “delitos". En busca de algo que sólo Benedetti ha sabido impulsar artísticamente, aparece la fortaleza física, ideológica y mental de un luchador (Pedro el torturado). 


Aparece en la obra el resultado de la tortura, o sea, el ir acabando momento a momento con la vida física del revolucionario, y como en cada sesión de interrogatorio, la dignidad del torturado crece, hasta elevarse a estar sobre el “Capitán” y toda su actitud represiva. A pesar de este cambio que se ve infligido por los golpes, la actitud, el desarrollo, no se ve afectado por nada en el torturador. Así mismo se puede apreciar en la siguiente cita, cuando se nota lo poco sumiso que se vuelve derrepente Pedro momento después, frente a una situación de tortura: 

"CAPITÁN: No, no es eso. Lo que pasa es que usted... (Se interrumpe, sorprendido; da unos pasos en la habitación.) ¿Usted? ¿Y ahora por qué, así de repente, dejé de tutearlo? (Por primera vez Pedro sonríe.) No, no se ría. Sentí de pronto que debía tratarlo de usted. Nunca me había pasado eso. 

PEDRO (siempre sonriendo): No te preocupes, en compensación yo voy a tutearte.

CAPITÁN (asiente con la cabeza): Está bien. Me parece justo."


De esto cabe destacar que el torturado cambia su actitud, desde una más pasiva a una más confrontacional, respecto a cómo se estaba comportando antes en la obra. Por otro lado, a pesar de que pareciera como si el que se comporta distinto es el capitán, en realidad sus pensamientos y objetivos van a seguir siendo los mismos de antes. Es más, va a sentirse mal, porque no va a poder cumplir sus objetivos como torturador.  


Desde mi punto de vista esta obra nos revela algo muy aterrorizante, y es el hecho de que al final de esta el capitán se da cuenta del daño y lo que realmente significa estar en su posición, pero lo que más le urge es no poder recoger absolutamente nada de información a Pedro: 

“CAPITÁN: Pedro, usted está muerto y yo también. De distintas muertes, claro. La mía es una muerte por trampa, por emboscada. Caí en la emboscada y ya no hay posible retroceso. Estoy entrampado. Si yo le dijera que no puedo abandonar esto, usted me diría que es natural porque sería abandonar el confort, los dos autos, etcétera. Y no es así. Todo eso lo dejaría sin remordimientos. Si no lo dejo es porque tengo miedo. Pueden hacer conmigo lo mismo que hacen, que hacemos con usted. Y usted seguramente me diría: “Bueno, ya ves, puede aguantarse.” Usted sí puede aguantarlo, porque tiene en qué creer, tiene a qué asirse. Yo no.”


En realidad, la preocupación que tiene por Pedro es menor, y esto me lleva a pensar en como cualquier tipo de hábito, sea bueno o malo, nos puede transformar radicalmente a tal punto en el cual se nos sea casi imposible volver. Pero algo aún más increíble es, cómo pudo haber existido el hábito de torturar a una persona desconocida, y como este torturador minoriza todo tipo de empatía con el torturado, aún sabiendo que lo que hace está mal. A pesar de todo, lo peor es que nada de esto fue provocado por el torturador. Así mismo como el torturado teme de ser torturado, el torturador teme no poder torturar a alguien, porque también pone en juego su vida. 


Concluyendo me consta decir que la formidable obra de Mario Benedetti plantea muy bien la cuestión de saber si los sentimientos del torturador son legítimos, o no. ¿Logró conmoverse finalmente el Capitán? ¿Sintió lástima de Pedro o de sí mismo al constatar en quién se había convertido? Estas preguntas son las que un lector se haría después de comprender esta obra y son las mismas que la gente se hace a la hora de objetivar la historia dictatorial.  


Matías Marín




Pedro y el capitán, el torturador torturado




  Desconocerse para conocerse mediante la escritura Y a veces, al escribir, limpiamos todo, como si de ese modo avanzáramos hacia algún lado...